El pasado miércoles tuvimos la
oportunidad de realizar una visita y aprender de forma más práctica cómo
funcionan los museos y qué funciones tienen aquí los educadores sociales.
Al principio de la visita estuvimos charlando con Paco Tamarit, el cual nos
explicó qué era un museo, cuáles eran las tareas que realizaban y por supuesto
las funciones de los educadores.
Lo más destacable de la charla es
que en un museo no solo se almacena patrimonio cultural como antiguamente sino
que ahora se conserva, investiga, difunde y enseña. Como futuros educadores debemos
saber que uno de los trabajos que podemos desempeñar es de educadores en un museo y por lo
tanto debemos centrarnos en cómo realizan sus actividades.
Tamarit nos dio unos consejos a tener en cuenta sobre cómo realizar alguna
actividad o visita en un museo. Este destacó lo siguiente:
-A quien va dirigida la actividad; Número de personas, edad…
-Debe ser una actividad lúdica; la gente acude a divertirse, sino puede llegar a ser un tostón de charla.
-La teoría que debemos ofrecer debe ser clara y concisa, sin
tener demasiados objetivos que alcanzar.
-La duración de la actividad.
-Conocer como comunicar la actividad para que acuda el
público.
Y sobretodo… una buena gestión de la actividad.
En el museo Valenciano de Etnología
realizan muchas actividades para todo tipo de públicos y muy recomendable si
quieres conocer las antigüedades de la cultura Valenciana. El museo tiene objetos muy antiguos que a
todos los que fuimos a la visita nos recordaron a nuestros abuelos y la casa del pueblo. Es otra forma de aprender las costumbres y
herramientas que utilizaban nuestros antepasados como trajes, tejedoras,
instrumentos de la huerta…
Esta actividad me recordó una que realicé cuando estuve de erasmus en Bélgica donde tuvimos que realizar una actividad para niños de 6 y
7 años en el museo de Leuven. Nosotras utilizamos una marioneta de un dinosaurio
como herramienta para captar la atención de los niños y utilizamos las didácticas
para explicar los cuadros. Por ejemplo en uno de los cuadros estaban tomando té
y los niños debían representar esta situación. Además también disfrazábamos a
los niños con trajes de época para introducirles las pinturas barrocas.
Fue bastante
bien y los niños tuvieron una experiencia diferente a lo que normalmente te
encuentras en un museo. Eso sí tuvimos que contar con la ayuda de una traductora porque no sabíamos hablar Dutch.
¡Así que ya sabéis!, si tenéis la posibilidad y un
rato libre buscar información en los museos de la ciudad y seguro que encontráis
alguna actividad que os interese, seguro que disfrutáis de la experiencia.
Laura García Martín
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